La impresión 3D es segura para la alimentación con la tecnologia de modelado por deposición fundida (FDM)

El FDM es un proceso de impresión 3D que construye piezas fundiendo y extrudiendo un filamento termoplástico que un extrusor deposita capa a capa en el área de impresión.

El material extrudido tiene una sección transversal circular, lo que deja espacios muy estrechos entre las capas con una profundidad directamente proporcional a la altura de las mismas. En cualquier caso, se recomienda imprimir con la mínima altura de capa posible para piezas seguras para la alimentación.

Por consiguiente, el principal desafío de las piezas impresas mediante modelado por deposición fundida es evitar la acumulación de bacterias. Para ser realmente segura para la alimentación a largo plazo, una impresión 3D mediante FDM necesita tener una superficie lisa. El alisado químico con disolventes como la acetona, el d-limoneno o el acetato de etilo elimina muchas de las irregularidades de la impresión, con lo que se obtiene un aspecto liso y brillante. Sin embargo, sigue siendo muy recomendable aplicar posteriormente un recubrimiento seguro para la alimentación.

Los filamentos de uso alimentario no contienen partículas compuestas, para no desgastar el extrusor y que sus fragmentos no lleguen hasta la impresión. No obstante, evita utilizar extrusores de latón que contengan plomo. En su lugar, usa un extrusor de acero inoxidable exclusivamente para todas las impresiones que vayan a estar en contacto con alimentos.

Comprueba siempre que los componentes de tu impresora 3D sean compatibles con el filamento. Por ejemplo, la polieterimida (PEI) es un material que cumpla la normativa de la FDA y ofrece importantes ventajas mecánicas, pero debe procesarse a más de 300 °C, lo que hace necesaria una impresora específica.

Las preguntas más comunes acerca de la seguridad para la alimentación del FDM están relacionadas con dos materiales populares. ¿El PLA es seguro para la alimentación? ¿El ABS es seguro para la alimentación? La respuesta es: depende.

Los filamentos para impresión 3D seguros para la alimentación incluyen el ácido poliláctico (PLA), el polipropileno (PP), el copoliéster, el tereftalato de polietileno (PET), el tereftalato de polietileno glicolizado (PETG), el poliestireno de alto impacto (HIPS) y el nailon 6, así como algunas marcas de acrilonitrilo butadieno estireno (ABS), acrilonitrilo estireno acrilato (ASA) y polieterimida (PEI). Que las piezas deban pasar por el lavavajillas descarta el PET, el nailon y el PLA, porque son plásticos que se ablandan y se deforman a los 60-70 °C. Para un uso con líquidos calientes, el copoliéster, el PLA de alta temperatura (PLA-HT) o el PEI son los materiales más adecuados.

Aunque no está reflejado en la normativa, algunos estudios plantean la sospecha de que el poliestireno puede desprender estirenos, que los copoliésteres pueden resultar nocivos para la salud y que los filamentos para FDM de uso alimentario pueden perder su seguridad a causa de la oxidación y la degradación térmica derivadas del proceso de impresión.